El testimonio de Jesús Antonio, en primera persona y recogido por Cruz Roja, pertenece al Diario Colectivo de la Plataforma VIDAS. Un relato plural y diverso sobre lo que supone este proceso de desinstitucionalización.

Me llamo Jesús Antonio y soy un chico colombiano de 29 años. Llegué a España hace aproximadamente 10 meses. En Colombia, mi profesión era de auxiliar de enfermería, contaba con el apoyo de mi familia y de mi círculo de amistad, y llevaba una vida activa y comprometida con la sociedad, participaba en numerosas actividades de voluntariado comunitario, algo que siempre me ha hecho sentir realizado tanto personal como profesionalmente.

Nunca se me pasó por la cabeza que esta situación podría cambiar, y que de repente me vería obligado a dejar mi país y todo lo que había construido en él. Y así fue como de forma obligada tuve que abandonar Colombia para llegar a España, concretamente a Sevilla.

Participación en CRECE y cambio de vida personal y profesional

Nada más llegar a Sevilla encontré trabajo en el campo. Durante unas semanas estuve realizando tareas agrícolas como temporero, pero al finalizar las mismas me vi solo, sin trabajo y sin ingresos económicos por lo que acabé viviendo en la calle.

Fueron dos meses en los que experimenté mucha ansiedad, depresión y soledad no deseada. En un corto espacio de tiempo mi situación había cambiado completamente en comparación con la que tenía antes de abandonar mi país. Ahora lo recuerdo como una de las peores experiencias de mi vida: “no es tener un techo y comida solamente, es llegar a un país donde estás solo/a, no conoces a nadie, nadie conoce tu cultura y tu esencia, lo que eres tú, y no puedes entablar relaciones con otras personas como lo hacías en tu país”.

Fue durante esta estancia en la calle cuando conocí el proyecto CRECE. Gracias a mis conocimientos y experiencia en enfermería entablé amistad con una persona mayor que necesitaba cuidados, y fue él quien me habló de Cruz Roja, por lo que decidí ponerme en contacto con la entidad.

Al principio, quise participar en actividades como voluntario, actividad que ya realizaba en Colombia, y que quería retomar para mejorar mi estado anímico al sentirme útil y poder ayudar a los/as demás. Sin embargo, tras varias conversaciones con la persona técnica que me atendió y me hizo la acogida en Cruz Roja, acabé siendo consciente y reconociendo que era yo el que necesitaba ayuda, algo que hasta ese momento no me había planteado y que nunca pensé que acabaría pasándome a mí.

De esta manera acabé participando en el proyecto CRECE. Dentro de las sesiones de trabajo del proyecto fui capaz de identificar la situación de soledad no deseada en la que me encontraba, debida al abandono de mi país, al choque cultural al que me estaba enfrentando desde que llegué a España, a la falta de un sitio donde alojarme, y de ingresos económicos. Junto a esto, la incertidumbre de no tener permiso de trabajo, y la falta de perspectiva de futuro que tenía por delante, estaban empeorando esta situación.

Gracias a los talleres de afrontamiento de la soledad no deseada, y a las diferentes actividades relacionales (de ocio y de establecimiento de redes sociales) del proyecto, en las que participé pude conocer personas con las que compartía esos mismos sentimientos de ansiedad y de miedo, y compartir unas vivencias personales similares.

Sentirme identificado con ellas, y establecer amistad y confianza con estas personas ha sido el punto de partida y motor para mi cambio, tanto personal como profesionalmente, poder volver a recuperar esos sueños que tenía antes.

Retos y desafíos / Futuro

Actualmente ya no vivo en la calle, comparto piso con otros chicos de mi edad, y estoy feliz y seguro en mi nuevo hogar. He tramitado mi permiso de trabajo, y me planteo retomar mi actividad como profesional sanitario. Estoy en proceso de homologación de mis estudios de auxiliar de enfermería, y me planteo estudiar un grado de enfermería en el futuro. También estoy homologando mi carnet de conducir.

Puedo contar con un grupo de compañeros y compañeras que he conocido en CRECE, con los/las que tengo un equipo de fútbol y practico otras actividades deportivas también, como el remo o el hockey sobre patines, y con quien puedo contar tanto dentro como fuera del proyecto.

Además, también soy voluntario en Cruz Roja dentro del programa de personas mayores donde soy monitor de rumboterapia, y llevo a cabo seguimientos telefónicos de la ola de calor para el proyecto de personas sin hogar. En este momento me siento otra persona, soy capaz de afrontar y superar esos sentimientos de tristeza y de soledad no deseada que me han acompañado en los últimos meses, y muy motivado a poder contar mi experiencia a otras personas que necesiten ayuda como la que necesité yo, y que puedan beneficiarse del proyecto CRECE.